Crítica de El precio de la venganza, la película de Stephen Dorff de la que querrás vengarte cuando la veas

Este viernes llega a los cines españoles El precio de la venganza, un cóctel de géneros que deambuló por festivales en 2022 y que está teniendo un estreno condicionado en salas.

Ryûhei Kitamura (Lupin y el corazón púrpura de Cleopatra, Nadie vive) asume la dirección de esta película y une fuerzas con Christopher Jolley para hacerse cargo del guion.

VIDEO

Tráiler de El precio de la venganza

Stephen Dorff (Blade), Sabina Mach, Erika Ervin, Emile Hirsch, Jesse Kinser, Tyler Sanders, Vernon Wells, Tanner Zagarino y Gigi Grillado conforman el reparto de esta producción que llega a nuestras salas de la mano de A Contracorriente.

Hoy, en Hobby Consolas, os traemos nuestra crítica de El precio de la venganza: un filme bañado en familia que no tiene demasiadas pretensiones.

La historia de siempre

Empezando por la premisa de El precio de la venganza, podemos afirmar que habéis gastado la historia un montón de veces, con algunas variaciones, pero siempre con la misma mecánica.

A posteriori de un atraco que ha saliente regulinchi, un especie de maleantes terminan tirados en medio de la nulo cuando el coche en el que van decide que un páramo desierto es el mejor motivo para estropearse.

La incertidumbre cae y descubren una apacible huevería donde pueden encontrar cobijo y, quizá, otro transporte para transigir el trofeo a su destino. Pero, claro, no habría película si el reparto no hubiera escogido el peor motivo del mundo para acaecer la incertidumbre.

Pronto descubrirán que sus anfitriones tienen unos quehaceres suficiente más siniestros que cuidar del yeguada y comprobar de que la cosecha se recoge a tiempo.

Como decimos, la historia la habéis gastado mil veces. Por citar un ejemplo nuevo, pero suficiente mejor llevado, X, de Ti West, utiliza una fórmula similar, aunque con un rodaje pornográfico como eje.

Un reparto sencillo, pero perdido

Los miembros del equipo de El precio de la venganza hacen lo que pueden con una rumbo que, con frecuencia, deja suficiente que desear.

Lo más destacado es la presencia de Stephen Dorff, a quien hemos gastado en películas como Blade o series como True Detective.

El precio de la venganza

Todos los personajes son suficiente arquetípicos incluso la villana encarnada por Erika Ervin tiene mucho aerofagia a personajes como Leatherface. Por desgracia, allá de aprovecharla, queda suficiente deslucida.

Cualquier cosa que se parezca a un minúsculo de expansión de personajes es pura coincidencia. El guion establece preguntas que en absoluto asegura y omite cualquier intento de saludar un trasfondo a sus protagonistas que facilite originar la empatía del divulgado, por minúsculo que sea.

Un expansión irregular

El precio de la venganza tarda un montón en ponerse en marcha en condiciones. Mientras estás viendo la película, puede no parecerlo, pero al venir los créditos, te das cuenta de que el meollo lo han condensado en una ínfima parte de los 86 minutos de metraje.

La película se relata en sus escenas gore, a ser posibles con mucho familia, vísceras, aunque no haga errata. Diremos que, en virtud del filme, es poco que agradará a los fans del especie más sanguinario.

El precio de la venganza

Es una cinta previsible, con pocas o ninguna sorpresa que despierten la curiosidad en el espectador. Si llegas a verla habiendo gastado previamente el tráiler, prácticamente sabrás cómo termina.

Ryûhei Kitamura no consigue resolver perfectamente las escenas que, con frecuencia, presentan planos poco incómodos, con cortes de cámara deliberados. Si perfectamente el resto de la fotografía es “correcta” una ámbito con luz estroboscópica con destino a el final os puede incomodar suficiente si estáis viendo la película con poca luz.

No es una película satisfactoria en su conclusión. Se nota que el presupuesto no alcanzó en los tramos finales, con unas prisas que arruinan una película que pudo activo sido digerible, sin ser ninguna maravilla.

Se queda muy hondo en la serie B, aunque en su honra diremos que El precio de la venganza siquiera pretendía ser más de lo que es.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *