
Es la comidilla de la semana y la cruz para muchos clientes del servicio que, a lo largo de años, han aprovechado los planes Estándar y Premium de Netflix para compartir la cuenta entre miembros de diferentes casas, ya fueran familiares o amigos.
Después de meses escuchando el río sonar, vimos que llevaba agua cuando, esta semana, Netflix anunció de manera inmediata la entrada en vigor en España del sistema que limitaba el uso de una cuenta a una sola casa —sin contar los dispositivos móviles y los viajes y demás—.
Esto supone que, si deseamos compartir la cuenta de Netflix con un familiar extraño al núcleo familiar, o un amigo, debamos abonar un precio adicional de 5,99 € mensuales y tener contratado uno de los dos planes más caros: el Estándar o el Premium.
La reacción de quienes llevan gozando de películas y series en Netflix desde hace unos años con cuentas compartidas, no se ha hecho de suplicar. Las redes sociales han estallado contra la plataforma y han sacado a resplandecer tiempos en los que la política de la plataforma era, literalmente, la contraria.
El pasado de Netflix patentiza un giro de 180º
Más de un usuario está reprochando a Netflix los días en que, desde la propia compañía, animaban a la gente a compartir la clave de acceso de su cuenta.
La cita más evidente procede de un tweet de la cuenta oficial de Netflix en Twitter de marzo de dos mil diecisiete, cuando la consigna era que “el amor es compartir la contraseña“, sin cobrar un precio adicional por esta razón.
Love is sharing a contraseña.
— Netflix (@netflix) March 10, 2017
Muchos mantienen que Netflix ha visto acrecentar enormemente sus márgenes de beneficio en los últimos 6 años y que, en vez de optimar un sistema que deje compartir cuenta de una manera más congruente, desean exprimir a sus clientes del servicio.
Las alusiones a el resto plataformas, tanto como advertencia velada de lo que puede acontecer si adoptan exactamente las mismas medidas, como opciones alternativas al servicio de Netflix, son asimismo una incesante.
Desde Netflix insisten en su alegato de que más de cien millones de usuarios —que no contabilizan en esos doscientos veintitres millones de clientes del servicio que tenían en el último conteo— gozan de sus películas y series a través de cuentas compartidas.
Alegan que “esto mengua su capacidad de hacer películas y series de la máxima calidad“, algo que solo logra que muchos echen en cara las cancelaciones y mala calidad de muchas series que llevan temporadas en el catálogo, como los convocados márgenes de beneficios.
De instante, las aguas están muy agitadas para Netflix con este movimiento de ficha, mas pronto se va a ver de qué manera de fuerte es el impacto recibido por la plataforma.