A pesar de la escasez de componentes

Satya Nadella, CEO de Microsoft, ha asegurado esta noche que «Xbox Series S y X son las consolas que más velozmente se venden en toda nuestra historia, con más unidades hasta la data que en otra generación».
Aunque la compañía prosigue sin dar cifras de ventas, el comentario de Nadella al presentar el informe financiero del último trimestre –el que va de abril a junio es para ellos el Q4; los del Windows cierran ahora el año fiscal– deja echar ciertas cuentas: si Xbox One había vendido 5 millones de unidades a lo largo de su primer medio año en las tiendas, no suena mal la cantidad de seis con cinco millones que estima el analista Daniel Ahmad para Xbox Series X|S, que llevan 3 meses más en venta.
Tampoco tenemos detalles sobre de qué manera se reparten ese éxito los 2 modelos, si bien está claro que la mayor parte de compradores prefiere abonar más por la potencia y el desempeño de Series X.
Todo esto, claro, mientras que «la demanda prosigue superando la oferta» y se hace lo que se puede con la producción y la carencia de semiconductores.
Las nuevas Xbox han disparado los ingresos relacionados con el hardware –un ciento setenta y dos% más que a lo largo del mismo trimestre del año anterior– y merced a eso sube asimismo un once% toda la división de juegos. Baja un cuatro%, no obstante, la facturación de contenido y servicios: prosigue medrando el Game Pass, si bien no han actualizado esta vez el número de subscritores, mas los lanzamientos third party han estado menos finos que hace un año.
