También resaltan TLOU dos y Genesis Noir

Como conclusión a la edición del dos mil veintiuno de la Game Developers Conference se han entregado los Game Developers Choice Awards y los Independent Game Festival Awards a los mejores lanzamientos del año. El ganador absoluto en los GDC ha sido Hades que ha logrado el distinción a «Juego del año» así como las distinciones por su diseño y sonido. Así como el roguelike de Supergiant se ha señalado la narrativa de The Last of Us Parte dos, la innovación de Dreams y la tecnología de vanguardia de Microsoft Flight Simulator. El premio a mejor juego de móviles ha ido a parar a Genshin Impact, al tiempo que el de mejor título para VR se lo ha llevado Half-Life: Alyx. El premio del público ha ido a parar a Sucker Punch por Ghost of Tsushima, que asimismo ha sido premiado por su apartado visual.
En los premios independientes ha sido Umurangi Generation el título que se ha hecho con el distinción más importante, aparte de percibir una distinción por su narrativa. Tras él, el título más premiado ha sido Genesis Noir que ha visto retribuido su impresionante apartado artístico y los abundantes temas que, a ritmo de jazz, nos acompañan a lo largo de la partida. El premio del público ha ido a parar a Arrog, un minimalista juego de rompecabezas monocromático que nos invita a explorar un planeta dibujado con técnicas tradicionales.
En AnaitGames hemos profundizado tanto en Hades como en The Last of Us Parte 2 mediante nuestros monográficos; extensos documentales compuestos por múltiples artículos en el que se examinan diferentes facetas del juego. Genesis Noir asimismo nos conquistó mediante sus metáforas existencialistas y su exuberante presentación. Como escribimos en nuestro análisis:
Como toda obra experimental, Genesis Noir no es para todo el planeta. No es cuestión de inteligencia, conocimiento o bien buen gusto sino más bien de simple conexión. Si nos dejamos llevar por su música, si abrazamos la desgracia y si nos conmovemos con el poder de la creación, el juego nos devuelve una experiencia inmersiva capaz de sobreponerse una y otra vez a sus múltiples inconvenientes técnicos. Si nos atascamos en sus conceptos científicos o bien hallamos poco estimulantes sus fáciles rompecabezas, posiblemente percibamos su máscara altilocuente como un ademán repelente. Que aparezcamos en una realidad opción alternativa. Que en ningún instante nos enamoremos de Miss Mass.
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