Pues no tan ruin
Capcom ha anunciado que Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin ha superado el millón de copias entre unidades físicas distribuidas y ventas digitales. El título, que se puso en venta el pasado nueve de julio, y que está libre tanto en ordenador como en Nintendo Switch, asimismo ha logrado establecer un nuevo récord de jugadores en la plataforma de Valve en la categoría de JRPG. Con treinta y tres y cuatrocientos sesenta y cuatro jugadores simultáneos, el spin off de Monster Hunter ha depuesto a Persona cuatro Golden como el juego de rol nipón más popular entre los usuarios.
«El nuevo Monster Hunter Stories 2: Wings of Canalla es el segundo juego de rol basado en la saga Monster Hunter», podemos leer en el texto publicado por Capcom. «En el juego, los jugadores aceptan el rol del protagonista, el nieto del legendario Monster Rider Red, que conoce a una muchacha Wyverian llamada Ina ya antes de comenzar una enorme aventura». Aparte del éxito logrado por la demo, el comunicado nos recuerda que la franquicia Monster Hunter al completo, y a data del treinta y uno de marzo, ya ha conseguido superar los setenta y dos millones de unidades vendidas en el mundo entero.
Monster Hunter Stories 2: Wings of Canalla, que lleva un par de semanas sucesivas en la lista de juegos más vendidos en el país nipón, supone un paso adelante con relación a la primera entrega lanzada en dos mil dieciseis. En su análisis, mi compañero Víctor Martínez resaltaba su ritmo relajado y los pequeños mas ambiciosos cambios efectuados respecto al título de Nintendo 3DS:
Hacía un tiempo que no me encaraba a un JRPG infantil y ligerito mas bien hecho, por regresar a la carencia de glamur del principio, y la verdad es que ha sido una experiencia agradable, como indudablemente debía ser. Teniendo Rise tan cerca, no obstante, ¿quién podría preferir la versión reinterpretada, suavizada y, afirmará alguien, aguada? Ese es de nuevo el primordial problema de este nuevo Stories: semeja que Capcom quisiese que fuera un puente cara el real deal, cuando realmente probablemente deba conformarse con predicar al converso. Como tal, me dejo predicar con gusto.
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