COUNTERPART: Una enorme serie de espionaje (dos mil diecisiete-dos mil diecinueve)


Tras el buen sabor de boca que dejó entre los apasionados al planeta del espionaje, Los 3 días del cóndor (mil novecientos setenta y cinco) de la ciudad de Sydney Pollack, que a propósito ha conocido una adecuada versión para TV en dos mil dieciocho, las series se fijan en el obscuro planeta de los espías y llega el éxito de público de Homeland (dos mil once-dos mil veinte), muy dispar y también irregular durante sus ocho temporadas. Afortunadamente y más tarde han llegado agrandas series de espionaje de enorme calidad de las que hemos hablado acá en EL CINE EN LA SOMBRA como THE AMERICANS y OFICINA DE INFILTRADOS. Si bien en contraste a las precedentes, esta se ubica meridianamente en el planeta de la ciencia ficción.


ARGUMENTO

El autor de la serie, Justin Marks, tras dos películas, ciertos cortos y trabajos para la TV, se embarca en esta compleja serie de ciencia ficción y espionaje. Al frente de un equipo de hasta ocho argumentistas en el que ejercita la función de Argumentista de Continuidad y en el que habría que resaltar a las afamadas Gianna Sobol (doce capítulos) y Maegan Houang (diez capítulos), nos ofrece durante dos temporadas y veinte capítulos, una de las más sorprendentes series de espionaje de las últimas décadas.

El razonamiento, sumamente original, nos cuenta como tras un fallo en un laboratorio experimental del Berlin de la posguerra, se duplica la urbe existiendo simultáneamente en 2 mundos paralelos conectados por una suerte de puerta virtual. Desde ese instante, vemos como todos y cada uno de los personajes se extienden en todos y cada planeta padeciendo pronto alteraciones que los distinguen. Frente al miedo de que uno de los mundos pueda influir en el otro, comienzan a expedir a agentes que observen que la situación esté controlada. Esta es la bien interesante premisa que produce una compleja trama en la que vemos como el protagonista primordial Howard, descubre que trabaja en una organización que oculta exactamente el acceso a esa dimensión paralela, la Contraparte del titulo original, y se ve envuelto en un planeta de intrigas, donde la única persona en quien puede confiar es en su “otro yo” de esa dimensión nueva o bien tal vez ni en él …


INTÉRPRETES

Con este planteamiento es evidente el enorme peso que recae en los actores, que deben ser capaces de mostrarnos la distinta evolución psicológica no por su voz, idéntica en los 2 casos, ni por su vestuario, sino por uno de los elementos no suficientemente valorados en los actores actualmente, por la composición del personaje en el espacio. Pronto se producen grandes diferencias entre las personas en cada mundo paralelo, mas ambiciosas, mas poderosas o mas tímidas. Es el caso de Howard, interpretado por el gran actor K. Simmons. Basta ver como se mueve, como se asienta en la habitación, lejos de cualquier histrionismo en los gestos, para saber ante cuál de los dos personajes nos encontramos. Es un verdadero placer observarle en la composición de los dos personajes, con sus ricos matices sin gesticulaciones exageradas. Y aunque la serie ayuda en ocasiones con vestuarios diferentes, en otras juega al engaño pero siendo siempre honesta en el planteamiento. No es Howard el único protagonista sometido a tal dualidad, por ello la serie se convierte en un gran ejercicio actoral de primera categoría.

Por todo ello, las interpretaciones se convierten en uno de los pilares de la serie, debiendo mencionar a un nutrido grupo de grandes actores en el que destaca el ya mencionado K. Simmons, que cuenta con una dilatada experiencia de pero de 200 personajes a lo largo de series y películas, resaltando entre las primeras The Closer (2005-2012) como ese duro Jefe de la Policía de Los Angeles, o pero recientemente en el cine con Whiplash (2014) como profesor de música, o bien el sensible Sebastian de Worlds Apart (2015). En el apartado de las actrices hay que reseñar la presencia de Olivia Williams magnifica también ante una protagonista desdoblada en dos personajes completamente diferentes y claramente identificables así como la bellísima iraní Nazanin Boniadi, que ya llamó nuestra atención en Homeland, que nos ofrece aquí nuevamente una gran interpretación.


EN RESUMEN

Un brillante planteamiento guiado con mano maestra y dotado de un gran ritmo, que mantiene el interés a lo largo de las dos temporadas, lo que unido al buen pulso en las secuencias de acción, tan importantes en una serie de espionaje, hacen que se siga con un interés creciente. Doblemente premiada en 2018 con un Emmy y un SXSW por el magnífico diseño de sus títulos de crédito, nominada en varias ocasiones como mejor serie y al mejor actor principal para K. Simmons, nos encontramos ante una de las series pero originales y también interesantes de los últimos tiempos, con una propuesta rica en matices, unas interpretaciones inusuales, excepcionalmente sugerente y muy entretenida.

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