(Y no del revés)
Exploramos la instrumentalización de la industria del juego por la parte de la clase política y en lo que se acaba traduciendo ese interés en el momento de establecer propuestas.
«El juego es una industria que factura más que el cine y la música juntos». Da igualmente qué año sean estos datos; los medios, frecuentemente (si bien no necesariamente) los más generalistas, recuerdan periódicamente esta información y con ella sorprenden a cada vez menos gente. Entre estas personas, semeja que los políticos no quedan fuera, y es que no pocos son los que han instrumentalizado el medio a favor de sus programas electorales, si bien quizás no acostumbra a suceder de la mejor manera posible.
Begoña Villacís, vicealcaldesa de la capital de España, emitió un comunicado el mes pasado de abril en el que afirmó que deseaba, nada más y nada menos, que la capital española se transforme asimismo en la capital mundial del juego. La manera de hacerlo es crear un Campus del Juego para videoconsolas, del que desarrollaron los detalles en una presentación organizada por el Municipio de la capital de España el pasado siete de junio. Sus puntos clave, como podéis ver en el tuit de debajo, son un co-working y un servicio de asesoramiento para empresas, la presentación de juegos y la organización de acontecimientos de y también-Sports. Como es lógico, cualquier apoyo a la industria es mejor que nada, mas quizás va siendo hora de que la base de todas y cada una estas ideas deje de ser solamente los millones de euros que produce de año en año y se trate de impulsar solamente a golpe de talonario, olvidando de esta forma el factor clave intrínseco a esta industria, su parte cultural.
Más País, por su lado, ha reiterado en múltiples ocasiones su apoyo al medio, generalmente de la mano de su secretario general, Íñigo Errejón. En verdad, han formado una rama gamer™ en el partido que pasa por la creación de una cuenta de Twitter específica: Gamers MásPaís. En uno de sus tuits de presentación, mientan el valor de los juegos en el momento de tratar inconvenientes como el autismo, y resaltando su cualidad como herramienta. Esto último seguramente no sea avieso, mas sí supone una reafirmación más de esta instrumentalización del medio en la política, sin olvidar que esta tendencia de apoyo a la industria se acentuó un mes ya antes de las elecciones de noviembre de dos mil diecinueve. Además de esto, de poco sirve mentar a los juegos como bien cultural en un tuit si después queda diluido en el momento de hacer política.
Centrándonos en el tema de su implicación como herramienta para el tratamiento de problemas médicos mental, el propio Javier Alemán, sicólogo y co-creador de Nivel Escondo, charló sobre este tema para El Independente, donde hizo unas declaraciones bastante acordes con la pretensión de este texto: «Es cierto que tiene usos educativos o bien en terapia (VR y fobia a volar, por poner un ejemplo), mas creo que el acento deberíamos ponerlo en su potencial como cultura y verlo como con timidez vamos viendo al cine. Me semeja interesante que un partido desee darle valor a esto, mas desearía ver el enfoque con el que desean acercarse primero al medio».
Esta instrumentalización del medio por la parte de los políticos no solamente se ha dado en España. Exactamente el mismo año pasado, anterior a las elecciones generales de los U.S.A., el Partido Demócrata promovió el voto cara sus aspirantes Joe Biden y Kamala Harris por medio de Animal Crossing: New Horizons. Christian Tom, directivo de pactos digitales de sus campañas, deseó aprovechar el tirón que tuvo el juego, potenciado por el confinamiento global por la crisis sanitaria, para crear 2 personajes de los aspirantes y compartir un QR de carteles del partido, para de esta forma infestar las islas de los ciudadanos estadounidenses de publicidad electoral. En verdad, no es la primera vez que este partido aprovecha el tirón mediático de un juego, y es que Hillary Clinton organizó un meeting en un gimnasio de Pokémon GO bajo el próximo comunicado: «Únete a nosotros mientras que vamos a la Poképarada de Madison Park y ponemos un módulo cebo, obtén Pokémon sin coste y luchemos entre nosotros mientras que aprendéis más sobre la Secretaria Hillary Clinton. ¡Pequeños, bienvenidos!». Yo solo puedo meditar en la imagen del señor Burns con gorro.

Estos son dos los ejemplos más sonados de políticos de este país hablando de forma directa sobre el medio, mas ¿exactamente en qué se traduce esto en el momento de la verdad? Ya antes de las últimas elecciones en España en el mes de noviembre de dos mil diecinueve, 3D Juegos recopiló las propuestas que concernían a los juegos de cada uno de ellos de los primordiales partidos del país. En su artículo podéis ver con más detalle cada una de las propuestas (cuando las había), mas vamos a centrarnos en lo esencial de cada una:
Por procurar ir de menos a más, los partidos más tradicionales —tanto ideológicamente como en lo que se refiere a sus años en el sistema político— se olvidaron de la parte videojueguil, para sorpresa de no creo que bastante gente. Ni PP ni Vox (pese al interés que mostraron por el medio Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio en aquella la capital de España Games Week de manera casual anterior a las elecciones) destinaron ninguna de sus propuestas al apoyo del juego en ninguna forma posible. Mientras, el Partido Socialista se limitó a plantear un formación profesional para formar a las «futuras generaciones» en el campo digital, como es lógico, enfocado desde el punto de vista económico. Ciudadanos, por su lado, abarcaba a los juegos en su (y única) propuesta que concierne al ámbito cinematográfico.
No son sino más bien los nuevos partidos los que, a su modo, se aúnan al apoyo de la industria. Más País, aparte de la citada cuenta de Twitter dedicada a los gamers™ y su apuesta por crear un estadio para efectuar competiciones de y también-Sports, cuenta con dos propuestas relacionadas con los juegos, con la más esencial de ellas centrada en facilitar la financiación de los estudios españoles. Unidas Podemos asimismo cuenta con 2 medidas siendo una de ellas la única de la lista que trata el medio como una industria cultural por delante de su potencial económico, con lo que logra dar más con la tecla. Conforme dicta la propuesta, pretenden promover el talento del ámbito con programas de ayuda a la creación de juegos y cultura digital, aparte de limitar y abonar las horas extras del ámbito.
Por supuesto, el dinero termina solventando más inconvenientes de los que seguramente debería, mas la industria de los juegos no es como cualquier otra industria de la tecnología en la que la pura inversión económica desemboque en la obtención de productos de calidad (véase el caso de Amazon Game Studios). Echando una ojeada a todas y cada una estas propuestas, me cuesta localizar de forma clara lo que tienen en la cabeza con relación a la industria. Como es lógico, el datito del principio lo tienen bien arraigado, y son siendo conscientes del potencial del ámbito, mas la carencia de propuestas y convicciones alén de sus datos al aire da la impresión de que tienen algo entre las manos que saben que es muy grande y no son capaces de manejar. Seguramente la única forma posible de comprender y amoldarse al medio por la parte de la clase política sea poder contar con alguien que sepa de la materia, desde la propia experiencia como jugador o bien hasta desarrollador en los partidos, para de esta forma aprender a centrar sus intereses y también pretensiones.
¿Solución? #Pep2023.