
El vestuario es uno de los componentes principales de un buen filme. Cuando los mejores sastres aportan sus conocimientos estéticos al desarrollo de la producción cinematográfica, brotan verdaderas obras de arte. También, una estratégica elección de ropas puede calar en el imaginario colectivo, volviéndose un tradicional de la cultura popular.
A continuación se va a hacer una breve lista con ciertas prendas más icónicas del planeta del cine.
1. El buzo amarillo de La Novia
Las 2 películas de Kill Bill (dos mil tres y dos mil cuatro), de Quentin Tarantino, son un extenso homenaje a otras obras cinematográficas. La Novia (asesina interpretada por Uma Thurman) encarna el paradigma de los personajes de acción. Aquello se aprecia desde su forma de luchar hasta el vestuario que escoge, siendo el traje amarillo el más recordable.
El diseño de este enterizo amarillo tomó en referencia al vestuario de Bruce Lee en Game of Death (mil novecientos setenta y ocho), de este modo consiguió traspasar la pantalla cinematográfica hasta el planeta de la moda. Kill Bill inspiró a líneas de ropa deportiva como Nike, firma que en dos mil diez lanzó las conocidas zapatillas adaptadas Kill Bill (amarillas con salpicaduras rojas).
2. El ajustado vestido negro de Holly Golightly
En Breakfast at Tiffany’s (mil novecientos sesenta y uno), Audrey Hepburn interpreta a la intranquiliza Holly Golightly. La delgada figura de Hepburn contribuyó a que Hubert de Givenchy le diseñase magníficos vestidos. El que más se recuerda es el ajustado vestido negro que Audrey combina con perlas y guantes. La primera impresión que tenemos de Golightly es, exactamente, luciendo aquella prenda en frente de la joyería Tiffany’s.
En dos mil seis, dicho vestido se subastó por cuatrocientos sesenta y siete doscientos libras (más o menos setecientos quinientos euros de la temporada). De esta manera se transformó en la prenda del cine con el coste más alto nunca alcanzado en subasta.
3. La túnica Jedi
La saga de Star Wars causó una revolución en diferentes campos y el diseño de vestuarios no fue la salvedad. Por servirnos de un ejemplo, la túnica de los maestros Jedi es inconfundible debido a la elegancia, la seriedad y misticismo que reúne. Los colores crema y cobrizo están asociados a la Fuerza, al dulce Obi-Wan Kenobi, a su pupilo Luke Skywalker, etc.
John Mollon consiguió el Óscar a Mejor Diseño de Vestuario por la obra inaugural de la saga A new hope (mil novecientos setenta y siete).
4. Conjunto de cuero de Sandy Olsson
La escena final de Grease (mil novecientos setenta y ocho) nos obsequia instantes tan amenos como simbólicos. El símbolo de la transformación ética recae sobre Sandy Olsson, protagonizada por Olivia Newton-John. Indudablemente, la forma más gráfica de manifestar su ‘liberación’ es a través del vestuario: Sandy aparece en pantalla con ajustadas ropas de cuero, fumando despreocupadamente y luciendo unos provocativos tacones rojos:
5. Terno de Vito Corleone
La trilogía de The Godfather (mil novecientos setenta y dos) marcó un ya antes y después en el cine. Su fantástico abanico, encabezado por Marlon Brando, rompió con las esperanzas de la crítica. Uno de los factores claves para este deslumbramiento fue la majestuosidad de las ropas gánsters. El terno negro que exhibe Vito Corleone en el primer filme de la trilogía es intimidante, tal y como si fuera un recordatorio del poder que ostenta aquel capo de la mafia.
La película tuvo una nominación al Óscar por Mejor Diseño de Vestuario.