
Estrenada en España a lo largo de la última edición del Festival de Sitges, llega a FILMIN Slaxx, tercer largo de la peligrosa y creativa argumentista y directiva quebequense Elza Kephart, libre desde el veinticinco de junio en la plataforma.
A partir de un guion elaborado a 4 manos por la propia Khepart y Patricia Gomez Zlatar, que asimismo hace las veces de productora, Slaxx nos sumerge en la personal pesadilla de Libby, una aspirante a vendedora, supermotivada y comprometida, que se encarará a su primera jornada de trabajo en CCC (Canadian Cotton Company), un establecimiento super fashion que propaga, hasta la saciedad, un manido mantra presuntuoso y pesado, “Haz un mejor mañana, hoy” y que responde al modelo de las compañías de tendencia que se extienden por todo nuestro planeta como setas impersonales, fruto del fenómeno globalizador que nos transforma en semovientes orgullosos de una identidad común, insípida y uniformada.
Pero nada es lo que semeja entre las coloristas y afables prendas que pueblan, en riguroso orden de Pantone, los anaqueles de CCC. Poco va a tardar nuestra joven y también ingenua Libby en descubrir la cruda realidad que se oculta en la trastienda de las grandes corporaciones, esas que comprenden el comercio justo y el consumo sustentable como puras etiquetas con la capacidad de no hacer presos entre las nuevas generaciones de usuarios, ávidas de marketing bienintencionado y de eslóganes pegadizos.
Hasta acá, y conforme lo expuesto, cualquiera podría meditar en Slaxx como un drama de demanda frente a las desaprensivas acciones de la insaciable industria textil o bien como una especie de reportaje a dicho efecto y, si bien no iría descaminado, solamente lejos de la realidad.

Con el respaldo de las productoras Ema largometrajes (Anne-Marie Gélinas) y Head on the Door (Patricia Gomez Zlatar), la cineasta francocanadiense apuesta por un slasher vándalo y siniestro que nos obsequia verdaderos momentazos gore de manos de un protagonista de salvedad, un pantalón vaquero sediento de venganza que siembra el terror entre un conjunto de personajes, de estupidez manifiesta que al fin lograrán su objetivo en vida, transformarse en verdaderos fashion victimes de la forma más textual.
Pero Slaxx marcha alén de la sátira exagerada que propaga su cartel o bien su ocurrente envoltorio como mero producto de entretenimiento. Kephart nos borra de un plumazo la carcajada en un golpe acertado en forma de cuestionamiento ante nuestra responsabilidad, o bien la falta de exactamente la misma, como miembros siendo conscientes de una sociedad consumista, acá representada por unos personajes tópicos y ridículos que poco se alejan de los que nos rodean o bien de nosotros mismos.
Slaxx nos ofrece una estupenda ocasión para pasar un buen rato desde sus setenta y siete minutos de desenfreno salvaje, coreografías imposibles y vísceras desparramadas que indudablemente van a hacer las exquisiteces de los amantes del género y de postre, una buena ración de conciencia social que no nos viene nada mal.
En palabras de Vincenzo Natali, directivo de joyas como Cube, “Slaxx de Elza Kephart hace por los vaqueros lo que Jaws hizo por el agua. Es una sátira desgarradora que muestra la promesa de una nueva y también esencial voz en el horror “.
¿De veras precisas más razonamientos para rendirte a Slaxx?
